La noticia de la huida del rey Juan Carlos I copa las portadas de las ediciones impresas de los medios españoles. Fotos a toda página, análisis sobre la trascendencia de esta decisión y editoriales que coinciden en defender que no es el momento de cuestionar a la Corona. Algunos, como El Periódico, algo más críticos con la figura de Juan Carlos I. Otros, como La Razón, aplauden hasta el final al “viejo rey”.
España, 4 de agosto (ElDiario.es).--- La noticia de la huida del rey Juan Carlos I copa las portadas de las ediciones impresas de los medios españoles. Fotos a toda página, análisis sobre la trascendencia de esta decisión y editoriales que coinciden en defender que no es el momento de cuestionar a la Corona. Algunos, como El Periódico, algo más críticos con la figura de Juan Carlos I. Otros, como La Razón, aplauden hasta el final al “viejo rey”.
ABC, en su editorial "La Corona permanece", achaca la marcha del exmonarca a “la presión política y social” y a las “persistentes campañas” contra la institución. Aunque el periódico admite que el emérito “ha incurrido en actos privados nada ejemplares” y que “es posible que se deriven responsabilidades administrativas”, recalca que Juan Carlos se va motu proprio, “porque lo considera un servicio a la Corona y a su país”.
El diario conservador acusa a Unidas Podemos de ser la fuente de los “ataques contra la monarquía parlamentaria” y exige a Pedro Sánchez que, una vez que el rey ha aceptado el “exilio”, realice una “defensa activa” de la institución monárquica ya que, en su opinión, “solo la Corona encarnada por el rey Felipe VI representa en la actualidad la vigencia de los más esenciales valores de la constitución de 1978”.
El País aplaude en "La necesaria distancia con el Jefe de Estado la decisión de Juan Carlos I", calificándola de “adecuada, pertinente y responsable”. Así, señala que su marcha es “un cortafuegos” en tanto y cuanto “deslinda su vida personal de la residencia oficial en la que ha venido habitando”. En su editorial, recuerdan que el “rey emérito mantiene intacta la presunción de inocencia” y defienden que, aunque su conducta ha sido “decepcionante y poco ejemplar en sus últimos años de reinado”, no se puede “olvidar su insustituible contribución al progreso y la libertad de los españoles durante casi medio siglo”.
Por eso, desde las páginas de El País califican de “irresponsable” la actitud de aquellos que “aprovechan la caída en desgracia de Juan Carlos I para reabrir el debate sobre la Monarquía”, ya que no hay “consensos sociales y parlamentarios suficientes”. Reclaman por ello que en este momento “el país necesita estabilidad” para “afrontar una crisis económica devastadora”.
En el editorial de El Mundo titulado "Un gesto doloroso en defensa de la Corona", se ensalza la figura de Felipe VI, asegurando que “estamos ante otra decisión de firmeza absolutamente coherente con el elevado listón de la ejemplaridad que ha impuesto en la Monarquía”. Este periódico defiende que el hijo ha marcado así las “distancias necesarias”, porque las actitudes del emérito de los últimos años “no son compatibles con la grandeza y dignidad de la institución que él mismo contribuyó a prestigiar”.
Como ABC, El Mundo advierte de aquellos “que intentan derribar el sistema que nos dimos los ciudadanos en 1978” y asegura que el paso dado por Juan Carlos no los detendrá “en su cruzada”. Por ello también coinciden en reclamar a Pedro Sánchez que “proteja” la Corona contra los ministros de su Gobierno que “han puesto en la diana a la Monarquía”. Su editorial concluye con una panegírica defensa del “excepcional legado histórico” del exrey y de la “gran obra” de aquel que “con una actuación sobresaliente durante un largo reinado” permitió “que nuestro país pasara de forma modélica” de una dictadura a la democracia.
También una cerrada defensa de la figura del rey Juan Carlos es la que realiza el diario La Razón. En su editorial, titulado "El último gran servicio de Juan Carlos I a España", se dirigen “a las nuevas generaciones, nacidas ya en la libertad y, por ello, menos conscientes de su valor y del esfuerzo continúo que exige” la defensa de su figura. Así, recuerdan al “viejo rey”, alguien que se ha “convertido en carne de injuria y de maledicencia”, como alguien que “se enfrentó contra todos los obstáculos que las fuerzas del pasado, ni pocas ni débiles, alzaron contra su ambición de hacer de España una Nación libre”.
En este periódico, califican de “operación desbocada e irresponsable” la de aquellos que, “desde los sectores más radicales de la vida política española”, atacan al emérito para atentar contra la “legitimidad del actual rey” y piden por eso “mesura, sensatez y equilibrio en un momento tan difícil”.
Desde Catalunya, La Vanguardia califica de "Solución tajante y terapéutica la decisión de Juan Carlos I". En su editorial, este periódico aplaude el “esfuerzo del rey Felipe para estar a la altura de los tiempos” renunciando “a la herencia económica y a la compañía de su propio padre”. En la línea del resto de la prensa, recuerdan que su “supuesta corrupción” no ha sido “demostrada ni tan siquiera juzgada”, pero admiten que “estaba minando la fuerza ética de la institución monárquica”.
Haciendo un repaso por otros casos de corrupción, La Vanguardia asegura que se ha producido un “cambio de paradigma” en la percepción pública de aquellos que confundieron “el poder público” con “el beneficio e interés privado”, y que esto podría “explicar, que no justificar, las actuaciones sospechosas de Juan Carlos I”.
Aún así, este diario insiste en que “sea cual sea el desenlace judicial” sus “méritos como monarca no pueden quedar eclipsados” y defiende que sin “la magnífica actuación política de Juan Carlos I”, “no habría sido posible superar la fraticida división de las dos Españas”.
El Periódico titula su editorial "Un último (mal) servicio" y en él señalan que no es suficiente con la decisión de marcharse de España, sino que debería ponerse a disposición de la Justicia. Como el resto, resalta el papel histórico de Juan Carlos, asegurando que “negar su aportación” a la historia de España “sería, simplemente, una necedad”, pero este diario se muestra más crítico que el resto con la decisión, señalando que “abandonar la Zarzuela es un último servicio a la monarquía y a la democracia, pero hacerlo camino del exilio es un mal servicio”. El texto continúa asegurando que debería haberse puesto a disposición de la justicia sin que esto signifique “prescindir de la presunción de inocencia”, sino ”aumentar el nivel de exigencia en el control de la jefatura del Estado, independientemente de si se ocupa por herencia o por elección”.
El editorial de El Periódico concluye afirmando que “no es momento, pues, de desprestigiar a las instituciones sino de generar confianza en los ciudadanos” y asegura, lanzando un mensaje al resto de la prensa, que “eso incluye la autocrítica ante el exceso de tolerancia, también desde los medios de comunicación”, asegurando que “la línea que separa el reconocimiento de la adulación es muy fina, de manera que el respeto puede llegar a entenderse como impunidad”.